Para generar más y mejores ideas, en los últimos años muchas empresas crearon sus Innovation Labs. Ese no fue un término casual. La innovación sucedía en un entorno similar a un laboratorio: parámetros controlados, ambiente estéril y aislado de los problemas del mundo exterior. Espacios ajenos al día a día de la empresa, donde las personas estaban dedicadas a la creatividad y búsqueda de nuevos
En el artículo anterior, hablamos de los problemas que tienen las corporaciones para innovar. Básicamente, lo resumimos en 3 grandes problemas:
Sin embargo, concluimos que las corporaciones pueden generar espacios de trabajo aislados del día a día del negocio pero que se potencien con los recursos de la empresa.
Pero, ¿es un buen momento para hablar de innovación en medio de una pandemia? ¿No es momento para ser cautelosos?
Hasta esta fase de la pandemia, las empresas estuvieron en modo defensivo y con razón. Cuando enfrentas lo desconocido, lo más inteligente es resguardarse. Desde un refugio seguro, los que saldrán más rápido son los que se decidan a atacar primero.
Como apunta Board of Innovation en su Low Touch Economy Report, las empresas que más beneficios obtuvieron después de la crisis del 2008 fueron las que durante la crisis invirtieron aún más en innovación, mientras que redujeron los costos fijos.
Entonces, si es momento de innovar, ¿cómo lo hacemos?
Para generar más y mejores ideas, en los últimos años muchas empresas crearon sus Innovation Labs. Ese no fue un término casual. La innovación sucedía en un entorno similar a un laboratorio: parámetros controlados, ambiente estéril y aislado de los problemas del mundo exterior. Espacios ajenos al día a día de la empresa, donde las personas estaban dedicadas a la creatividad y búsqueda de nuevos proyectos, sin pasar por la burocracia de la corporación.
Sin embargo, esta innovación es cerrada. Como explica Scott Kirsner en esta nota, muchas terminaron siendo espacios físicos ostentosos, con mesas de ping-pong, pizarrones y post-its, donde la corporación tradicional se disfraza de start-up pero sin un rumbo claro.
Las corporaciones que ya lo entendieron están re-imaginando la relación empleado-empleador y adoptando una nueva filosofía de trabajo que conecta a las personas en función de los skills requeridos para cada momento.
Para proyectos innovadores, esta metodología se potencia. Primero, el directorio define los objetivos estratégicos de la empresa, dando un marco a los objetivos de innovación.
Luego, necesitamos salir del laboratorio pero llevándonos el concepto fundamental del mismo, el método de prueba y error. Podríamos empezar a hablar de Innovation Lobbies.
Situado en la entrada de la organización, el lobby es donde se conecta a la empresa con el mundo exterior. Es donde se cruza el talento interno con el externo, donde las habilidades se combinan, se generan fricciones y se crea valor.
Así, pasamos a tener un sistema abierto y flexible, donde el talento externo se conecta a demanda y aprovecha los engranajes de la organización para desarrollar nuevas ideas.
De esta forma, se expanden las habilidades de la corporación, no sólo para la búsqueda de ideas sino también para su implementación. Se corren los límites de lo posible y se genera un espacio donde probar y fallar tiene un costo bajo.
En Seeds, estamos co-creando junto a nuestros clientes nuevos modelos de innovación abierta. ¿Por qué sabemos hacerlo? Porque así nació Seeds. Somos una organización con un propósito claro (cambiar la forma de trabajar) y bajo ese marco, formamos una comunidad de talento variado que participa on-demand en el desarrollo de la empresa.