La próxima revolución no va a ser tecnológica, la próxima revolución es la forma de trabajar. Lo que hoy todavía nos resulta extraordinario, en el futuro será la norma. No existirá una alternativa, no va a existir otra forma de trabajar que no sea híbrida.
En el año 2020, las tendencias que eran para dentro de 10 años se hicieron presentes, y uno delos grandes desafíos para las empresas de la era híbrida es conseguir talento. Pero ¿cómo puede ser que no se logren cubrir las posiciones que se necesitan aún en países con altas cifras de desempleo?
Uno de los puntos fundamentales para comprender el origen de esta problemática es aceptar que estamos siendo testigos de una revolución del talento: en lugar de trabajar en, el talento quiere trabajar para. Dícese: cuando trabajo en lo hago siempre en el mismo lugar, mientras que cuando trabajo para, si bien trabajo mucho, lo hago para diferentes compañías.
El concepto central es que antes buscábamos años de experiencia y ahora buscamos experiencia en años. Los jóvenes profesionales-o no tanto - persiguen tener experiencias diferentes. Es por eso, que la creatividad de RR.HH. está dando su prueba de fuego a través de iniciativas para atraer o fidelizar talento que, años antes, hubieran sido impensadas.
Es importante que las empresas comiencen a enfocarse en cómo es la constitución de las organizaciones del futuro y, más aún, de aquellas que crecen 10x. La flexibilidad de ampliarse cuando se necesita y achicarse cuando se necesita, será un factor determinante para las compañías que se quieran mantener relevantes en el futuro.
Los expertos coinciden en que la modalidad on-demandes la respuesta a esta necesidad imperiosa de talento. (Sin contar con el tema del presupuesto, que muchas veces, al no salir del área de RR.HH. y hacerlo desde, por ejemplo, el departamento de marketing, el proceso es mucho más fácil y las explicaciones más escuetas).
Además, esta es una excelente oportunidad para contar con ese talento que quiere trabajar para, que ya no quiere estar encerrado 8hs en una oficina y pensar siempre en un mismo proyecto. Un sabio contemporáneo una vez dijo que "hay personas que de día duermen y de noche trabajan, y con eso se prostituyen; y que hay personas que de día trabajan y de noche duermen, y con eso se prostituyen".
Hasta hace unos años, la proyección era que los jóvenes trabajen en 7 trabajos a lo largo de su vida, mientras que, en la actualidad, es que trabajen en 7 trabajos simultáneos.
La palabra clave de este nuevo escenario laboral, es propósito.Lo que ha sucedido en estos dos años de pandemia es que nos dimos cuenta para qué estamos en el mundo, y mucha gente ya no quiere estar desmotivada en una misma empresa, ganar un sueldo todos los meses y tener que rendir cuentas a otro que es quien toma las decisiones. En esta nueva era, el concepto carrera pierde fuerza - tan propio del universo corporativo de ascensos y promociones – y es opacado por el de trayectoria, que lejos de ser una competencia contra otro, se trata más bien de una construcción cotidiana para alcanzar un objetivo mayor.
Estamos en condiciones de afirmar que finalmente se dio una conjunción del propósito organizacional y el propósito personal. Martina Rúa, periodista especializada en innovación, lo resume con una frase brillante: “se está tratando de volver con más sentido”.
Si bien aún en las organizaciones los equipos de RR.HH. están un poco perdidos, y muchos delos que conducen las organizaciones pertenecen a generaciones con un pensamiento más tradicional que todavía sospecha que el empleado remoto no trabaja lo suficiente, aún después de haberse comprobado que el trabajo flexible conduce a mayor productividad, estamos en un camino hacia un futuro completamente híbrido.
Como ya lo adelantábamos en el título: la próxima revolución no va a ser tecnológica, la próxima revolución es la forma de trabajar. Lo que hoy todavía nos resulta extraordinario, en el futuro será la norma. No existirá una alternativa, no va a existir otra forma de trabajar que no sea híbrida. Ahora bien, lo que se está definiendo acaloradamente y que representa una puja entre colaboradores y líderes, es el detalle de la modalidad: las empresas prefieren 2 días en oficina y 3 en casa, y el talento prefiere 3 días en casa y 2 en la oficina. ¿Quién ganará la pulseada?