Para responder esta pregunta de la manera más precisa posible es importante definir primero a qué llamo PYME. Más allá del tecnicismo, hay infinidad de grandes empresas que se gestionan de forma similar a sus hermanas menores. Es ahí cuando la consultoría estratégica entra en escena para ofrecer una mirada externa y resolver problemas específicos de las empresas.
Para responder esta pregunta de la manera más precisa posible es importante definir primero a qué llamo PYME, más allá de la simpleza del acrónimo.
En Argentina, y gran parte del mundo, es toda aquella empresa con una planta de personal permanente que no supera las 200 personas, a partir de ese número se denomina “Gran Empresa”.
Más allá del tecnicismo, hay infinidad de grandes empresas que se gestionan de forma similar a sus hermanas menores a pesar de su estructura desarrollada.
Aunque las grandes empresas cuentan con más recursos y más personal (podría pensarse que también con personal más calificado), hay casos en los que no pueden o no saben cómo convertir su modelo de gestión en uno más “profesional”.
De aquí en adelante nos referiremos como PYME a toda aquella empresa que cuente con estas características independientemente del número preciso de su nómina.
Habiendo definido esto podemos seguir con el siguiente punto que es la gestión ineficiente en éste tipo de organizaciones.
Las causas principales de este fenómeno son:
La consolidación en el tiempo de las Pymes está fuertemente vinculada a cómo se gestionan las siguientes burbujas que agrupan las causas mencionadas anteriormente:
Desde sus inicios, las Pymes dependen fuertemente del dueño quien desarrolla su proyecto en base a su experiencia propia y a sus conocimientos de la industria, competencias, mercados y finanzas, ventas y cualquier otra área que requiera para su funcionamiento inicial y en la cual él pueda aportar.
De esta manera logran reducir gastos y darle un funcionamiento inicial ágil y consistente, contando así con mayor capacidad de fuego (capital de trabajo) para potenciar su negocio.
A medida que aumenta su volúmen y complejidad, el sano desarrollo de la empresa podría verse comprometido de no tomar ciertas decisiones en el momento oportuno.
Su afán por una estructura de costos reducida, su visión sesgada de negocio, la falta de inversión en capital humano calificado y en tecnología que acompañen el crecimiento, o su sentido de omnipotencia al sentirse artífice casi unitario y excluyente del “éxito” de su empresa, son factores que atentan contra la misma.
Herramientas de apoyo tales como artículos, blogs o charlas informales con pares o especialistas en mercados, no siempre representan los intereses ni la situación específica de sus empresas ni suelen ser suficientes para un modelo de gestión eficiente.
Estas limitaciones impactan directamente en la toma de decisiones, en cómo y con qué ejecutar acciones o cómo diseñar estrategias acordes con las necesidades internas. Y muchas veces esto desemboca en que algunas empresas queden en el camino. Según estudios realizados, más del 50% de las Pymes dejan de existir dentro de los primeros 5 años y el 90% dentro de los primeros 10 años.
Otras Pymes logran superar la rompiente y seguir desarrollándose gracias a un gran esfuerzo comercial pero muchas veces de manera desordenada o poco profesional, al no realizar ajustes suficientes y a tiempo en su estrategia, estructura y organización.
Estos ajustes serán los que les permitan enfrentar con más solidez su crecimiento, con márgenes y rentabilidad óptimos para encarar mercados y condiciones siempre cambiantes, mitigando de esta manera riesgos internos y externos.
En este contexto, el propósito de la consultoría en las Pymes es brindarles las herramientas necesarias para mantenerse competitivas en mercados cada vez más exigentes, en donde la innovación, transformación, mejora continua, la planificación estratégica, una gestión eficiente de costos, procesos ágiles, análisis de datos, el manejo profesional de las finanzas, y el control de la gestión, se convierten en factores fundamentales para su éxito.
Ventajas de contar con asesoramiento externo.
Flexibilidad: la empresa no dispone de recursos para la realización de un proyecto puntual, ni dispone de tiempo para aprender cometiendo errores. La consultoría externa personalizada minimiza la curva de aprendizaje y los costos asociados.
Eficiencia de recursos: la empresa debe dirigir sus recursos hacia donde es más eficiente y competitiva, sin desaprovecharlos en aquellos ámbitos en los cuales no se especializa.
Know How: la empresa no posee recursos humanos con conocimiento especializado en la solución de determinados problemas. Al contratar consultoría, recibe asistencia con experiencia comprobada en la solución de sus problemas.
Visión: la empresa recibe una visión externa, fresca y objetiva, no contaminada por expectativas personales ni conflictos internos.
Desconocimiento: las empresas pueden no conocer o comprender en su total relevancia la gestión eficiente de ciertos factores para el funcionamiento efectivo y la toma de decisiones adecuadas.
En resumen, la consultoría para PYMEs es un servicio profesional que ofrece recursos adecuados y herramientas específicas para poder gestionar empresas de manera eficiente, permitiéndoles no sólo resolver problemas actuales, sino también para sentar bases sólidas para enfrentar un futuro cada vez más desafiante.
Una planificación adecuada puede guiar a estas empresas, siempre y cuando se realice de manera oportuna y se cuente con la asistencia de un consultor experto en la materia.
También brinda apoyo, una visión externa y objetiva a los empresarios, quienes con frecuencia se encuentran muy solos en el proceso de toma de decisiones y/o demasiado involucrados en la operatoria diaria de la empresa resolviendo urgencias y problemas en lugar de cumplir con el rol estratégico que les corresponde.
Business Consultant | Seeder