En un mundo laboral en constante transformación, las organizaciones se enfrentan al desafío de repensar sus modelos de trabajo y la conexión con el talento. En este contexto, las habilidades consultivas emergen como un factor crítico para el éxito individual y organizacional. Este artículo explora la importancia de estas habilidades, las competencias clave y los beneficios de su desarrollo.
La dinámica cambiante del entorno laboral, producto de una velocidad vertiginosa de transformación, una creciente competitividad, y el desarrollo exponencial de nuevas tecnologías, impulsa a las organizaciones a repensar no sólo el papel y alcance de sus empleados, sino también en la manera en la cual se conectan con el talento.
Y cuando hablo de conexión no me refiero a mejorar el proceso de contratación ni de incorporación de las personas, sino al surgimiento de modelos de trabajo diferentes, donde las personas son contratadas temporalmente, por un proyecto o situación puntual, o para resolver alguna cuestión específica.
En este contexto, el desarrollo de habilidades consultivas emerge como un factor crítico para el éxito tanto a nivel individual como organizacional.
Para quienes somos consultores, nos resulta muy difícil explicarle a nuestras familias, amigos y conocidos a qué nos dedicamos, y obviamente, que lo entiendan. Sin embargo hace unos años encontré una metáfora que creo lo explica bastante bien: la medicina.
Imagina a un médico enfrentando un caso: comienza con una entrevista exhaustiva para recopilar información detallada sobre los síntomas del paciente. Luego, ordena pruebas adicionales para confirmar el diagnóstico presunto. Basándose en los resultados, realiza el diagnóstico preciso y desarrolla un plan de tratamiento específico. Finalmente, sigue de cerca el progreso del paciente, ajustando el tratamiento según sea necesario.
De la misma forma, un consultor comienza entrevistando al cliente y analizando datos relevantes para comprender la situación actual. Luego, realiza análisis adicionales para profundizar su comprensión y validar sus hipótesis. Con esta información, identifica oportunidades de mejora y desarrolla un plan detallado con recomendaciones para abordar las necesidades identificadas. Finalmente, acompaña la implementación y realiza un seguimiento proponiendo ajustes en función de su evolución.
En un contexto como el que mencionaba al principio, estas actividades hoy ya son parte del día a día de cualquier profesional al que se lo contrata para resolver una necesidad específica, independientemente de la complejidad que el caso requiera. Es por eso que, hoy más que nunca, desarrollar las habilidades consultivas que nos permitan mantenernos competitivos y generar valor a nuestros clientes resulta fundamental.
Las habilidades consultivas son un conjunto de capacidades y competencias que permiten a las personas interactuar de manera efectiva con clientes, colegas y partes interesadas para comprender sus necesidades, identificar oportunidades de mejora, ofrecer soluciones y facilitar la toma de decisiones a lo largo del camino.
Estas habilidades implican una combinación de aptitudes técnicas, sociales, sistémicas y analíticas que son fundamentales para el éxito en roles donde la interacción con otras personas y la generación de valor agregado son cruciales.
Se las puede clasificar en 3 diferentes categorías o dominios:
Las habilidades consultivas son un conjunto de capacidades y competencias que permiten a los individuos interactuar de manera efectiva con clientes, colegas y partes interesadas para comprender sus necesidades, identificar soluciones y facilitar la toma de decisiones. Para desarrollar habilidades consultivas efectivas, es fundamental enfocarse en diversas competencias, que incluyen tanto aspectos personales como técnicos.
Entre las principales competencias a desarrollar se encuentran:
Estas habilidades van más allá de la mera ejecución de tareas técnicas; implican una comprensión profunda del contexto empresarial, la capacidad de análisis crítico y la habilidad para comunicarse de manera clara y persuasiva. No solo mejoran la eficacia y la eficiencia en el trabajo, sino que también contribuyen a la construcción de relaciones sólidas y al desarrollo de soluciones innovadoras y sostenibles.
Sin importar si sos analista, desarrollador, gerente de proyectos, tester, manager, coach, directivo o el rol que sea, invertir en el desarrollo de estas competencias se convierte en una estrategia clave para el éxito a largo plazo en este mundo laboral en constante cambio.
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