Hola, siendo viernes 10.30am estamos en condiciones de afirmar que ese futuro que nos parecía tan lejano y distópico está ronroneando a la vuelta de la esquina, y es tiempo de incorporar un par de conceptos que regirán tu vida, no en 10 años, sino en cuestión de meses. Y aunque hay algo de cierto en la creencia nostálgica de que todo tiempo pasado fue mejor, este no sería el caso. Hoy te traemos buenas noticias.

La primera semilla afirmación del mes: la descentralización llegó para quedarse y las tecnologías Web3 van a devolver el control de las redes a los usuarios. En este nuevo mundo virtual dominarán aquellos que generen valor en las redes. Algo así como un cambio de manos de poder.

El modelo corporativo de la modernidad es el de la centralización: un CEO y una junta directiva comandando la nave. La gran diferencia que presenta la web3 es que será propiedad del usuario. En este punto, entendemos por usuario a quienes contribuyan con su valor, ya sea con contenidos, código o edificando comunidades. La única condición: todo proceso, desde los flujos de caja hasta la estructura propietaria, se controla vía blockchain. Nada de documentos legales, en la web3 todo es público. Y las criptomonedas son el medio para volverlo realidad.

Los entusiastas de la Web3 promueven este nuevo protocolo como una alternativa más feliz y descentralizada a las últimas repeticiones de la World Wide Web, destacando la ventaja que representa para los usuarios, quienes serán también una parte interesada, con pleno ownership de sus datos y activos digitales. En la actualidad, si queremos usar los servicios de la web, debemos confiar nuestros datos personales a plataformas como Google o Meta. En la versión web3, los usuarios podrán no sólo ser dueños de su información, sino que podrán monetizar sus datos y moverse libremente por la web sin pedirle permiso a, por ejemplo, Mr. Facebook.

De todos modos, toda aproximación es debatible pues también están quienes sostienen que, dado que la mayoría de las plataformas Web3 se basan en el blockchain de Ethereum, su posicionamiento depende, como en la web2, de las movidas de los jugadores claves.

El modelo de empresa - económico, arquitectónico y social - que propone la web3 es el de la DAO, una Organización Autónoma Descentralizada (DAO) que describe un grupo, empresa o colectivo que está sujeto a normas y reglamentos codificados en una cadena de bloques o blockchain. Pero ¿qué es la DAO en la vida real? Por ejemplo, en una empresa de indumentaria, el precio de todas las prendas, así como los detalles de quién recibe los dividendos del negocio, se mantendrían en una blockchain. Los accionistas de la DAO podrían votar para aumentar los precios, cambiar al proveedor textil, incorporar nuevos artistas a sus estampas, o sobre quién debe recibir el dinero. Parece un chino, pero no lo es tanto.

Vitalik Buterin, fundador de Etherium, sostiene que las DAO definitivamente van a ser más importantes con el tiempo, pero que por ahora se trata de “muchas cosas pequeñas” Un caso muy resonante en los últimos días fue el de la Ukranian DAO que recaudó más de 8M en crypto. ¿Cuándo será la primera vez que una DAO decida hacer un volantazo estratégico o cuándo dos DAO decidirán fusionarse? Se lo pregunta Vitalik y nosotros también.

Otros de los beneficios del modelo DAO, es que ningún individuo podrá cambiar las reglas sin acordar con el resto de los accionistas, las empresas no tendrán un dueño físico que pueda huir con las ganancias y no existirá ningún servidor o plataforma que pueda interferir en el negocio. En pocas palabras, la DAO eliminaría la necesidad de los intermediarios que hasta hoy son necesarios para dirigir una organización.

La idea fundacional de la web3 es diferenciarse de los modelos económicos extractivos de la web2, y repartir el control entre todos los agentes del campo. En el universo Ethereum, se refiere a las aplicaciones descentralizadas que se ejecutan en la blockchain. Vitalik, su creador y tapa de la primera revista Times que se convirtió en un NFT, dice que espera que la web3 sacuda el control de Silicon Valley y afirma: "Si no ejercemos nuestra voz, las únicas cosas que se construyen son las que son inmediatamente rentables, y estas suelen estar lejos de lo que realmente es mejor para el mundo".

Por ejemplo, la DAO Proof of Integrity, un protocolo descentralizado que funciona con el token $UBI de Proof of Humanity, trabaja para educar e incorporar vecindarios de bajos recursos en el ecosistema criptográfico. Fundado por el argentino Santiago Siri, el protocolo intenta crear una red descentralizada de humanos verificados que reciben un token $UBI cada hora. A principios de este año el team de PoH visitó el Barrio Carlos Mugica para conocer más sobre la zona y las necesidades de su población. En el futuro más cercano, la misión de esta DAO con ADN porteño es ofrecer educación financiera e incorporar a las personas a la renta básica universal con $UBI.

No End for Token

Los tokens son componentes vitales para este modelo de negocio comunitario y colaborativo, es la insignia que determina quién puede votar o hasta dónde pueden intervenir los usuarios de una app o plataforma. Los poseedores de los tokens pueden sugerir cambios, proponer nuevas ideas, modificar dinámicas, invertir, etc. Son los que definen la estructura “jerárquica” de estos nuevos modelos de organizaciones. Además, funcionan como incentivos para aumentar la calidad de los contenidos: a más tokens, más poder, más control, más participación, más ganancia. La descentralización alinea a todos los participantes de una red, en la búsqueda de objetivos comunes y transparentes.

Ningún verso el metaverso

Otro concepto clave en el mundo web3 es el metaverso, la interfaz de usuario a través de la cual interactuamos virtualmente, nos comunicamos con otros usuarios o manipulamos datos. La web3 nos promete una versión más profunda, social, natural, tangible y “real”. Aunque suene extraño, más cercana. Por supuesto, serán indispensables la realidad virtual, hasta ahora celebridad casi exclusiva del mundo juego, la inteligencia artificial, y la realidad aumentada, que nos va a permitir interactuar de una forma más inmersiva. Manos digitales para hacer un high five, nuestra voz para instruir a una máquina o cantarle una de The Beatles a nuestra media naranja.  En pocas palabras, el metaverso será la interfaz a través de la cual interactuaremos con las herramientas y aplicaciones web3, o el escenario alternativo en el que estaremos gran parte de nuestra vida.

Si bien estamos convencidos de que la web3 es el futuro, algunos todavía se muestran escépticos ante este panorama. ¿Pero qué revolución o cambio de paradigma que se jacte de tal no tuvo sus desertores?

Elon Musk sostiene que la web3 es un delirio marketinero y Jack, el ex CEO de Twitter, afirmó que la libertad no será tal y que “la web 3 será una entidad centralizada con una etiqueta diferente.”

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